DOS MUJERES
Ahora les dejo uno de los favoritos de mi novia, ojala les guste ya es mas modernon que cydno
Dos mujeres
sara levi calderon
editorial diana
pag 60
“DOS MUJERES”, pensé con todo mi deseo a flor de cada poro. Mi boca se detuvo en su cuello. Bajé por su vientre, retuve sus caderas. Ella acercó sus senos a mis senos, a mi cara, a mi boca; lamió con su lengua mi cuello. Volvimos a las bocas reconociendo nuestras lenguas. Las palpitaciones de mis sienes se transportaban a mi sexo. Los caballos, oh dios, galopan a la velocidad del viento, de sus hocicos brotan llamaradas al rojo vivo. Nuestros cuerpos danzan,
-Qué fuerte siento contigo – susurró
-deseo hacerte mía: volverme tuya-musité a su oído.
Mi lengua perturbada recorre sus senos, sus pezones inflamados su vientre liso, se interna a su vulva: está hecha de musgo fresco. Destellos plateados caen sobre un mar plumbago. Me siento fuerte, ilimitada.
-Le temo al vértigo- dijo
La tierra se vuelve líquida. Nos detenemos la una de la otra. Reconoce su sabor a través de mi boca… Los leños regurgitan secamente mientras nuestras voces se dicen coplas. Una voz urbana clama: te amo. Esa voz es mía y de nadie más.
Dos mujeres
sara levi calderon
editorial diana
pag 60
“DOS MUJERES”, pensé con todo mi deseo a flor de cada poro. Mi boca se detuvo en su cuello. Bajé por su vientre, retuve sus caderas. Ella acercó sus senos a mis senos, a mi cara, a mi boca; lamió con su lengua mi cuello. Volvimos a las bocas reconociendo nuestras lenguas. Las palpitaciones de mis sienes se transportaban a mi sexo. Los caballos, oh dios, galopan a la velocidad del viento, de sus hocicos brotan llamaradas al rojo vivo. Nuestros cuerpos danzan,
-Qué fuerte siento contigo – susurró
-deseo hacerte mía: volverme tuya-musité a su oído.
Mi lengua perturbada recorre sus senos, sus pezones inflamados su vientre liso, se interna a su vulva: está hecha de musgo fresco. Destellos plateados caen sobre un mar plumbago. Me siento fuerte, ilimitada.
-Le temo al vértigo- dijo
La tierra se vuelve líquida. Nos detenemos la una de la otra. Reconoce su sabor a través de mi boca… Los leños regurgitan secamente mientras nuestras voces se dicen coplas. Una voz urbana clama: te amo. Esa voz es mía y de nadie más.
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TENDRÉ QUE BUSCAR LIBROS SOBRE ELLA. BUENA RECOMENDACIÓN SIN DUDA.